Solsticio de verano, los ritos más originales para encontrar el amor

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Es el día más largo del año, el 21 de junio, el solsticio de verano, cuando el sol parece estar detenido en el cielo y no ponerse nunca. En el Círculo Polar Ártico es exactamente así: el sol no se pone nunca.

El solsticio de verano, el comienzo de la estación más cálida, es un evento que desde hace muchos siglos se celebra con ritos propiciatorios ya que está asociado a la fecundidad, al amor y a la sexualidad. Aún hoy, en Finlandia se organizan grandes fiestas el fin de semana posterior al solsticio de verano: escapadas a casas de campo, excursiones, barbacoas con los amigos y hogueras a medianoche.

El fuego es un elemento recurrente en las diversas tradiciones: durante el solsticio, en Finlandia se celebraba al Dios Ukko, el dios del amor y de la fertilidad, pero también del cielo y, por lo tanto, de los rayos, y del fuego. Según algunos ritos paganos antiguos, las parejas de jóvenes amantes debían saltar juntas las llamas de una hoguera para tener suerte en el amor. Los amantes debían llevar, además, guirnaldas de flores y hierbas para alejar a los malos espíritus. 

Solsticio de verano: un momento mágico para encontrar el amor 

El solsticio de verano no solo es una fiesta para parejas, sino que representa también un momento mágico para los solteros que buscan el amor. En algunas tradiciones antiguas, las chicas realizaban plegarias con un amuleto especial que debían llevar junto al corazón o conservar bajo su almohada. Otro ritual preveía que las chicas pelasen una manzana en sentido circular, sin romper la piel de la misma. Luego, se observaba si la piel de la manzana que había caído sugería la inicial de su futuro amor. Entre los niños, antiguamente había un juego muy curioso con el rabo de una manzana. Se giraba el rabo y, mientras tanto, se decían las letras del abecedario. La letra que se pronunciaba en el momento en que el rabo se desprendía de la manzana indicaba la inicial de la persona amada. 

Según otra tradición, quienes buscaban el amor debían reunir una docena de flores, todas diferentes entre sí, y colocarlas bajo su almohada. En la noche del solsticio, la futura esposa o el futuro esposo les aparecería en sueños. También se podía intentar yendo al bosque en busca de una fuente o un pozo. A medianoche, en el reflejo del agua, aparecería el rostro del ser amado.

En otro rito, por su parte, era necesario ir, al amanecer, a un lugar aislado y elevado, como una pequeña colina, para oír el ruido circundante. Si la persona escuchaba música, la boda era inminente, si escuchaba el llanto de un niño, tendría un hijo. La dirección de la que provenía el sonido o la música indicarían, también, la proveniencia de su futuro amor.

Solsticio de verano, tradiciones en el resto del mundo

Las tradiciones del solsticio de verano han sido muy populares en los países nórdicos como Suecia y Finlandia, pero también en otras partes del mundo. En Egipto, se organizaban ceremonias especiales en honor a la Diosa Vesta: se encendía una hoguera y, hasta que las cenizas de la hoguera no eran transportadas por el Nilo, no era posible emparejarse. En el Reino Unido, Stonehenge es sin duda el lugar más sugerente desde donde observar, al amanecer del solsticio de verano, momento en que la luz del Sol se alinea perfectamente con las imponentes piedras del lugar.

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