Sé tú misma, segura de ti, libre e imperfecta. Estas palabras son realmente bonitas, ¿verdad? ¡Pero es realmente difícil ponerlas en práctica!
El orgullo de ser únicos es un poco el mantra del nuevo milenio. ¿Qué más da si no estás perfecta cada vez que vas a tomar el vermú? ¿Qué más da si esa cana sale justo dos días después de teñirte? ¿Qué más da si no tienes ganas de perder esos kilitos que has conservado con gusto desde el invierno pasado? En serio, ¿qué más da?
Ser nosotras mismas es una lucha diaria, un juego de equilibrio entre la completa libertad y el «ay Dios mío, ¿qué pensará…?» (y aquí se puede añadir el nombre de un novio, marido, amiga, familiar o, incluso, ¡del mundo entero!).
De echarnos una mano con el mantra del «sé como eres» se ocupan las famosas (y también muchas marcas). La crème de la crème de las influencers se muestran con la cara lavada para demostrar que, también ellas, tienen ojeras o ese granito de tomar demasiada Nutella. Actrices hollywoodienses protagonizan portadas sin ni siquiera un corrector. Y se lo agradecemos, claro, pero luego la realidad (también la virtual) es, por desgracia, un poco diferente. Porque, por cada paso hacia delante, se dan diez hacia atrás, como cuando Madonna, la reina del pop e icono mundial de la transgresión, se hace un selfi con tantos filtros que no logras discernir si es ella o si Mattel le ha dedicado una Barbie.
Pero, ¿qué hacer para ser tú misma, libre e imperfecta?
#1 Céntrate en tus cualidades
La autoestima es la base: valora tus cualidades tanto físicas como de carácter y mentales. Atención, tener autoestima no significa ser orgullosa, vanidosa o creída, sino estar segura de tu potencial y tus capacidades.
#2 No escondas tus defectos
La perfección no existe: no escondas debajo de la alfombra tus defectos. Reconócelos para convivir con ellos de forma serena o, incluso, transformarlos en cualidades.
#3 Si es «sí» es sí y si es «no» es no
Ser tú misma significa, también, saber decir «no», pero no es tan fácil como escribirlo.
#4 Los tacones y el rímel no son tus enemigos
Blanco o negro: siempre razonamos así. Si te pones tacones y rímel, entonces, ¿no eres libre? Si, por el contrario, sales en chándal, ¿sí? ¿Quién lo dice? Ser tú misma significa precisamente elegir en base a tu propia personalidad. No confundas la comodidad de un chándal con la libertad, no confundas cuidar hasta el más mínimo detalle para ir a tomar el vermú como un símbolo de opresión. Lo fundamental es que tú estés cómoda —literalmente— como vayas.
#5 Es tu pensamiento
Ser tú misma no afecta solo a tu físico, sino también al aspecto mental. Defiende tus opiniones y tus pensamientos, pero no te cierres en banda. Recibe amablemente las opiniones de los demás, porque la construcción del pensamiento es fruto de un trabajo de debate y confrontación con los demás.