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A lo largo de la vida, los deseos y expectativas cambian, se transforman y evolucionan: un buen trabajo, una pareja con quien compartir momentos especiales, una familia, un grupo de amigos, un viaje alrededor del mundo, mudarse a una ciudad diferente, el éxito. Pero el denominador común de todos nuestros deseos, que a menudo nos cuesta nombrar explícitamente, es la Felicidad. Felicidad con la F mayúscula, la felicidad que nos brinda serenidad, satisfacción y una sensación de bienestar y plenitud. Ser tú mismo ya es un gran paso adelante, descubramos juntos los cambios para ser feliz.

No siempre es necesario estar siempre en la cresta de la ola para ser feliz. De hecho, habrá momentos en los que la ola sea demasiado alta y nos abrume, y otros momentos en los que no haya olas, y todo parecerá carecer de sentido.

Pero no tenemos que esperar la ola adecuada. En su lugar, podemos cultivar la felicidad a través de acciones diarias simples que realmente pueden cambiar nuestras vidas. Los hábitos, tanto buenos como malos, se arraigan en nuestro cerebro, y si entrenamos nuestro cerebro para adoptar nuevos hábitos de felicidad, realmente podemos cambiar nuestras vidas.

cambios para ser feliz

Desacelera

Vivimos con el pie siempre en el acelerador, con una lista de cosas por hacer que nunca se acaba (¡de hecho, somos nosotros quienes acabamos agotados!). Vivimos con miedo a perdernos el momento, la oportunidad, la experiencia. Se llama FOMO, Fear of Missing Out, una ansiedad social que las personas experimentan con el uso de las redes sociales. Es la necesidad de estar siempre actualizados, en contacto, ‘al tanto’, siempre con el teléfono en la mano.

Vivimos proyectándose en el futuro, pero sin vivir plenamente en el presente. Vivimos con la idea de que quizás mañana traerá algo más interesante, más gratificante. Pero, ¿qué pasa si hoy es el día de la felicidad?

Intentemos detenernos. Observemos la belleza del momento presente, saboreemos la emoción de ese instante sin tener que pensar en ‘¿qué pasará después?’ Tratemos de captar la belleza en la simple complejidad de una mariposa posándose en una flor, un cielo estrellado, una nube pasajera, una risa espontánea, un agradecimiento de un desconocido que encontramos por casualidad. La felicidad no está lejos, no es una quimera, es como el agua que se filtra en el suelo.

Piensa

Una de las consecuencias de una vida agitada y a menudo repetitiva es que tendemos a reaccionar impulsivamente tan pronto como encontramos un obstáculo. Y así, respondemos con irritación, agresividad y a veces rudeza. Pero si nos tomamos un momento para reflexionar, podríamos elegir cuidadosamente nuestras palabras o reacciones para mantener relaciones interpersonales más saludables y equilibradas. Intentemos manejar nuestras emociones para no ser dominados por las negativas – como la ira y el resentimiento – que nublan nuestra visión y constantemente nos hacen infelices.

Come (mejor)

La comida es nuestro combustible, y si la calidad no es buena, el motor no funciona de manera óptima; se detiene y, en consecuencia, también nuestro humor (y felicidad). Los alimentos altamente azucarados y grasos pueden brindar placer temporal al paladar al estimular la dopamina, pero el efecto es efímero, y de hecho, estos alimentos crean un mecanismo de adicción que conduce a sentimientos de tristeza y melancolía. Así, se desencadena un círculo vicioso mientras buscamos la gratificación a través de alimentos más calóricos, grasos, dulces y ‘menos saludables’. Por lo tanto, los alimentos reconfortantes son una trampa porque su efecto es inmediato pero fugaz.

Muévete

La ciencia nos dice que la satisfacción de un logro deportivo (no necesariamente una competencia, sino el logro de un objetivo) genera felicidad. Siempre entra en juego la dopamina, el neurotransmisor que genera placer. Gracias al deporte, se libera este neurotransmisor en particular, lo que nos hace sentirnos aún mejor desde el punto de vista psicológico. Y por último, pero no menos importante, ¡una apariencia física más tonificada nos hace sentir mejor con nosotros mismos!

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