En setiembre me apunto al gimnasio, vuelvo a ponerme a estudiar el libro de inglés que había dejado en la tercera lección, voy al trabajo en bici, nada de ascensor, subiré todas las escaleras que se pongan por delante, nada de cañitas, muchos zumitos, dejaré de tener celos de esa tiparraca que está siempre con él en la oficina. Esta lista podría abarcar una página entera. Como dirían los americanos: «September is the new January», y es que es verdad. En septiembre, más que en enero, llenamos nuestra mente —y alguna también su agenda— de buenos propósitos para el «nuevo» año. Intentamos hacer una selección de objetivos para la esfera afectiva y sexual.
Si tienes una relación estable…
- Lucha contra el problema, no contra tu pareja. Es imposible ponerse como objetivo no pelearse, pero sí es posible desplazar la atención de la pelea hacia el punto de desacuerdo e intentar encontrar una solución.
- Keep calm and… comunícate con tranquilidad. Un objetivo realmente difícil de alcanzar es no levantar la voz, acostumbrarse a hablar con calma dosificando las palabras para evitar acabar despotricando contra el otro con todo el rencor que eso conlleva y del cual luego nos arrepentiremos.
- Divertirse juntos. Parece obvio, pero no lo es: los días pasan, y también las semanas. El trabajo, la rutina, el cansancio, el cambio de estación: entramos en un bucle que nos hace olvidar que tenemos que vivir momentos divertidos juntos.
- Probar algo nuevo: un restaurante, un bar, una ciudad que queramos visitar, un museo, cualquier tipo de actividad recreativa, un deporte… Eso os permitirá disfrutar juntos de una nueva experiencia, que en el futuro se convertirá en un bonito recuerdo.
Si no tienes pareja…
- ¿Tu media naranja? Buscar a tu media naranja es una labor complicada. ¿Por qué no pruebas a conocer a personas que no tienen exactamente tus mismos intereses? Podría ser una ocasión de diálogo y enriquecimiento.
- Nuevos amigos. No te centres únicamente en la búsqueda del amor, aprovecha la ocasión para conocer gente nueva que puedan acabar convirtiéndose en amigos. Míralo así: los amigos pueden presentarte a otra gente y darte la ocasión de conocer a la persona adecuada.
- Mi bienestar, ante todo. No olvides nunca que no le debes nada a nadie y lo que haces lo deberías hacer por ti, tanto un corte de pelo, como un tatuaje o una dieta.
- Sola no estoy sola. No tengas miedo de hacer cosas sola o pasar tiempo sin compañía. Disfruta de la independencia de hacer las cosas a tu propio ritmo, sin tener que rendir cuentas a nadie.
- «Me importa un bledo»: sé tú misma sin tener que cumplir con los cánones que impone la sociedad. Que no te importen las críticas no constructivas, no van a ninguna parte. Escucha con atención las palabras de las personas en las que puedes confiar y que te harán crecer y mejorar.