«Qué muermo, que aburrimiento, qué aburrimiento, qué muermo». Esto decía la actriz Sandra Mondaini en una famosa comedia italiana de los años 90. Para las generaciones posteriores a los milenial es prehistoria televisiva, pero esta frase encierra en sí misma ocho palabras que representan perfectamente el estado de ánimo de muchas parejas aplastadas por la rutina diaria. Aunque también el de muchos solteros que en, en la ciudad, ya no encuentran estímulos.
Ahora es época de vacaciones, así que… ¡champán, por favorrrrr! El ámbito sexual recupera ese espíritu burbujeante de los buenos tiempos. Aunque claro… La cosa tan fácil, el deseo y la pasión no nos caen del cielo, es necesario recuperaros buscándolos en un rinconcito escondido del hipotálamo.
Las vacaciones son, sin duda, la ocasión perfecta para alejarse de la rutina y del estrés del trabajo, quitar el pie del freno y dejarse llevar. Es el momento de aprovechar la oportunidad de experimentar nuevos acercamientos, conocer mejor a nuestro compañero de viaje o ligar con ese vecino de sombrilla que ya tienes fichado…
Para hacer que todo sea más picante, aquí encontraréis alguna sugerencia para encender la pasión en vacaciones y probar experiencias que, tal vez, cuando volváis a casa vuelvan a caer en el olvido.
Ducha juntos
Cuando estáis en casa, la ducha es un momento rápido de preparación para ir a trabajar o iros a la cama por la noche. De vacaciones, sin embargo, puede convertirse en un juego erótico para encender la pasión. Es hora de descubrir, o redescubrir, nuestro propio cuerpo y el de nuestra pareja y acariciarse el uno al otro.
Hacia la boya
Lejos de miradas indiscretas, también el mar es un buen sitio para dejarse llevar por la pasión con vuestra pareja.
Un leve roce seductor
Para crear la atmósfera adecuada, es necesario lanzar mensajes, una caricia inesperada, dejar pendientes situaciones para retomar con calma una vez que estemos en la cama. En una palabra: coquetear (y atreverse).
Una caseta de playa para dos
Si habéis reservado una caseta de playa, aprovechadla —sin que os pillen otros bañistas— para un encuentro entre baño y baño. El cambio de bañador se convertirá ¡en un insinuante striptease en dos metros cuadrados!
Besos furtivos
En el ascensor, en el balcón, antes de entrar en la habitación: un simple beso se puede convertir en algo erótico y apasionado y despertar la imaginación. Os moriréis de ganas de quedaros solos para seguir con ese beso que ha quedado a medias.
Volver a la adolescencia
¿Por qué no ir a la playa a dar un paseo romántico a la luz de la luna y, luego, quién sabe cómo acaba? ¿Os sentís como chiquillos? ¿Y qué hay de malo en eso?
XXX
En vacaciones nos sentimos, sin duda, más desinhibidos y más dispuestos a probar lo prohibido, a disfrutar de nuevos juegos sexuales con nuestra pareja.
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